La mujer dejó su cántaro y fue a la ciudad a decir a la gente:
Llegó una mujer de Samaría a sacar agua, y Jesús le dijo: 'Dame de beber'.
Se levantaron inmediatamente, volvieron a Jerusalén y encontraron reunidos a los once y a sus compañeros,
Regresaron del sepulcro y contaron todo a los once y a todos los demás.
Ellas se alejaron a toda prisa del sepulcro, y con miedo y gran alegría corrieron a llevar la noticia a los discípulos.
En esto llegaron sus discípulos y se admiraron de que estuviera hablando con una mujer. Pero ninguno se atrevió a decirle qué le estaba preguntando o por qué estaba hablando con ella.
'Venid a ver un hombre que me ha adivinado todo lo que he hecho. ¿Será acaso éste el mesías?'.
Naamán fue a decir al rey lo que le había dicho la muchacha.