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Referencias Cruzadas

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Juan 3:6

Biblia Martin Nieto

Lo que nace de la carne es carne, y lo que nace del Espíritu es espíritu.

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25 Referencias Cruzadas  

De modo que, el que está en Cristo, es una criatura nueva; lo viejo ya pasó, y ha aparecido lo nuevo.

El que ha nacido de Dios no peca, porque la semilla de Dios permanece en él; y no puede pecar porque ha nacido de Dios.

Pero el que se une al Señor es un solo espíritu con él.

Yo sé que en mí, es decir, en mis bajos instintos, no hay nada bueno, pues quiero hacer el bien y no puedo.

Dios miró a la tierra, y vio que estaba corrompida, porque todo mortal había corrompido su camino sobre ella.

Hazme sentir gozo y alegría, y que dancen los huesos que rompiste.

¿Cómo, pues, puede ante Dios ser justo un hombre? ¿Cómo puro el nacido de mujer?

¿Quién puede sacar lo puro de lo impuro? Nadie.

Porque si vivís según los bajos instintos, moriréis; pero si, conforme al Espíritu, dais muerte a las acciones carnales, viviréis.

Nosotros también éramos de ésos cuando nos dejábamos llevar de las apetencias carnales, sujetos a los deseos de nuestros instintos y a nuestra imaginación. Éramos, por naturaleza, objeto de la ira divina, igual que los demás.

En él también fuisteis circuncidados con una circuncisión hecha no por la mano del hombre, sino con la circuncisión de Cristo, que consiste en despojaros de vuestros apetitos carnales.

Los que son de Cristo Jesús han crucificado la carne con sus pasiones y concupiscencias.

él, que no nació ni de sangre ni de carne, / ni por deseo de hombre / sino de Dios. /

Pues cuando seguíamos nuestros bajos instintos, la ley avivaba nuestras pasiones pecaminosas, que producían en nuestro cuerpo frutos de muerte.

Al ver el Señor que la maldad de los hombres sobre la tierra era muy grande y que siempre estaban pensando en hacer el mal,

Adán, a la edad de ciento treinta años, engendró un hijo a su imagen, según su semejanza, y le llamó Set.

Doy gracias a Dios por Jesucristo, nuestro Señor. Así que yo mismo con el espíritu sirvo a la ley de Dios, pero con la carne a la ley del pecado.

No te extrañe que te diga: Es necesario nacer de nuevo.




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