el sudario con que le habían envuelto la cabeza no estaba en el suelo con los lienzos, sino doblado en un lugar aparte.
Y el muerto salió atado de pies y manos con vendas, y envuelta la cara en un sudario. Jesús les dijo: 'Desatadlo y dejadlo andar'.
Llegó otro y dijo: Señor, aquí tienes tu dinero, que he tenido guardado en un pañuelo,
Se llevaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en lienzos con aromas, como acostumbraban los judíos a sepultar.
En seguida llegó Simón Pedro, entró en el sepulcro y vio los lienzos por el suelo;