Jesús le dijo: 'Suéltame, que aún no he subido al Padre; anda y di a mis hermanos que me voy con mi Padre y vuestro Padre, con mi Dios y vuestro Dios'.
Bendito sea Dios Padre de nuestro Señor Jesucristo que llevado de su gran misericordia nos ha hecho nacer de nuevo mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos a una esperanza viva
Ya no estoy en el mundo; pero ellos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, guarda con tu poder a los que me has confiado, para que sean, como nosotros, una sola cosa.
Queridos míos, desde ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal y como es.
Porque aquellos que de antemano conoció, también los predestinó a ser conformes con la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.
Ésta es la alianza que haré con la casa de Israel, después de aquellos días, dice el Señor. Pondré mis leyes en su mente, las escribiré en su corazón, yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.
Ya sabéis lo que os he dicho: Me voy, pero volveré a estar con vosotros. Si me amáis, os alegraréis de que me vaya al Padre, porque el Padre es mayor que yo.
Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo que le había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, Jesús, que había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin.
Ésta es la alianza que haré con la casa de Israel después de aquellos días -dice el Señor-: pondré mi ley en su interior, la escribiré en su corazón, y seré su Dios y ellos serán mi pueblo.
Pero luego se dijeron el uno al otro: 'No debemos obrar así. Hoy es día de júbilo, y nosotros nos estamos callados. Si esperamos hasta el despuntar el día, incurriremos en un castigo. Vayamos a dar la noticia al palacio real'.
Entonces Eliseo dijo a Guejazí: 'Cíñete los lomos, toma en la mano mi bastón y vete. Si encuentras a alguien, no le saludes; si alguien te saluda, no le respondas. Pon mi bastón sobre el rostro del niño'.
Ellos, en cambio, aspiraban a una patria mejor, es decir, celeste. Por eso Dios no se avergüenza de ellos, de llamarse 'su Dios', porque les ha preparado una ciudad.
Y acerca de la resurrección de los muertos, ¿no habéis leído en el libro de Moisés, en lo de la zarza, cómo le dijo Dios: Yo soy el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob?