Añadió: 'Sacad ahora y llevádselo al maestresala'. Y se lo llevaron.
Tan pronto como el maestresala probó el agua convertida en vino (sin saber de dónde era, aunque sí lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua), llamó al novio y le dijo:
Pagad a cada uno lo que le corresponda: contribuciones, impuestos, respeto, honores, lo que haya que darle.
Sus amores, sus odios, sus envidias, todo ha perecido. Y ellos no tendrán ya parte alguna en todo lo que se hace bajo el sol.
Jesús les dijo: 'Llenad de agua las tinajas'. Y las llenaron hasta arriba.