Se llevaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en lienzos con aromas, como acostumbraban los judíos a sepultar.
Y el muerto salió atado de pies y manos con vendas, y envuelta la cara en un sudario. Jesús les dijo: 'Desatadlo y dejadlo andar'.
Unos jóvenes fueron, lo amortajaron y lo llevaron a enterrar.
Pero Pedro se levantó y se fue corriendo al sepulcro; se asomó, y sólo vio los lienzos; y regresó a casa maravillado de lo ocurrido.
Al derramar este perfume sobre mi cuerpo, lo ha hecho para mi sepultura.
Luego mandó a los médicos que estaban a sus órdenes que embalsamaran a su padre.
Fue enterrado en el sepulcro que se había mandado hacer en la ciudad de David.
Ha hecho lo que ha podido; se ha anticipado a ungir mi cuerpo para la sepultura.
Jesús dijo: 'Déjala que lo haga para el día de mi sepultura.