Pilato le dijo: '¿Por qué no me contestas? ¿No sabes que puedo darte la libertad o crucificarte?'.
Vosotros acostumbráis a que os suelte un preso por la pascua; ¿queréis que os suelte al rey de los judíos?'.
y por este poder que le dio, todos los pueblos, naciones y lenguas temblaban y se estremecían en su presencia. Él mataba a quien quería, dejaba vivir a quien quería, a quien quería exaltaba y humillaba a quien quería.
Entró de nuevo en el palacio y preguntó a Jesús: '¿De dónde eres tú?'. Pero Jesús no le contestó.
Jesús le respondió: 'No tendrías ningún poder sobre mí si no te lo hubiera dado Dios; por eso, el que me ha entregado a ti es más culpable que tú'.