'He manifestado tu nombre a los hombres que escogiste del mundo y me los confiaste; tuyos eran, y tú me los confiaste; y ellos han guardado tu doctrina.
Sabemos también que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado inteligencia para conocer al Verdadero. Nosotros estamos en el Verdadero, en su Hijo Jesucristo. Él es el verdadero Dios y la vida eterna.
Padre, yo quiero que también los que me has confiado estén conmigo donde yo estoy, para que vean mi gloria, que me has dado, porque antes de la creación del mundo ya me amabas.
Conozco tus obras: tengo abierta delante de ti una puerta que nadie puede cerrar, porque, a pesar de tu debilidad, has guardado mi palabra y no has renegado de mí.
Cristo, por el contrario, lo ha sido en calidad de Hijo, al frente de su casa. Y su casa somos nosotros, con tal que permanezcamos inquebrantables hasta el fin, confesando valientemente nuestra fe y confiados en la esperanza que tenemos.
Sé dónde vives. Allí está el trono de Satanás; pero permaneces fiel a mi nombre y no has renegado de mi fe, ni siquiera en los días de Antipas, mi fiel testigo, al que mataron en vuestra ciudad, donde vive Satanás.
Que la palabra de Cristo viva entre vosotros con toda su riqueza. Enseñaos y aconsejaos unos a otros con talento. Con profundo agradecimiento cantad a Dios salmos, himnos y canciones religiosas.
Los judíos le dijeron: 'Ahora estamos seguros de que estás endemoniado. Abrahán y los profetas murieron, y tú dices: El que guarde mi palabra nunca morirá.
Cuando yo estaba con ellos, yo los guardaba y los protegía con tu poder; tú me los confiaste, y ninguno se perdió, a no ser el que tenía que perderse para que se cumpliera la Escritura.
Porque has guardado mi consigna de perseverancia, yo te guardaré en la hora de la prueba que va a sobrevenir sobre todo el mundo para probar a los habitantes de la tierra.