Pues se acerca la hora, es decir, ya ha llegado, en que os dispersaréis cada uno por su lado y me dejaréis solo; pero yo no estoy solo, pues el Padre está conmigo.
Espada, despiértate contra mi pastor y contra el hombre de mi compañía, palabra del Señor omnipotente. Hiere al pastor y las ovejas se dispersarán, yo volveré mis manos aún contra los más débiles.
Jesús les dijo: 'Yo seré para vosotros esta noche ocasión de caída, pues así lo dice la Escritura: Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas del rebaño.
Os he dicho estas cosas en lenguaje figurado; se acerca la hora en que ya no os hablaré más en este lenguaje, sino que os hablaré del Padre con toda claridad.
Pero llega la hora, y en ella estamos, en que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad. Porque así son los adoradores que el Padre quiere.
Aquel día se desencadenó una gran persecución contra la Iglesia de Jerusalén; y todos, excepto los apóstoles, se dispersaron por las regiones de Judea y Samaría.