Jesús le dijo: 'Llevo tanto tiempo con vosotros, ¿y todavía no me conoces, Felipe? El que me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: Muéstranos al Padre?
Él, que es el resplandor de su gloria y la impronta de su ser, sostiene todas las cosas con su palabra poderosa, y, una vez que realizó la purificación de los pecados, se sentó a la derecha de la Majestad en lo más alto del cielo,
Y aquel que es la Palabra / se hizo carne, / y habitó entre nosotros, / y nosotros vimos su gloria, / gloria cual de unigénito / venido del Padre, / lleno de gracia y de verdad. /
¿Cómo te atreves a decir: 'No estoy manchada, no he ido en pos de los ídolos?'. Mira tus huellas en el valle, reconoce lo que has hecho, camella lasciva, errante por los caminos.
Entonces Abimelec mandó llamar a Isaac y le dijo: 'Ésta es sin duda tu mujer. ¿Por qué dijiste que era tu hermana?'. Isaac respondió: 'Porque pensé que a lo mejor me matarían por causa de ella'.
Entonces le dijeron: '¿Dónde está tu Padre?'. Jesús respondió: 'Ni a mí ni a mi Padre conocéis. Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre'.
Sabemos también que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado inteligencia para conocer al Verdadero. Nosotros estamos en el Verdadero, en su Hijo Jesucristo. Él es el verdadero Dios y la vida eterna.