Jesús les respondió: 'Os aseguro que si tuvierais fe y no dudarais, no sólo haríais lo de la higuera, sino que si decís a este monte: Quítate de ahí y échate al mar, así se hará.
Esto lo hizo muchos días, hasta que Pablo, ya cansado, se volvió y dijo al espíritu: 'En nombre de Jesucristo te mando salir de ella'. Y en el mismo instante salió.
Pedro echó fuera a todos; luego se arrodilló y se puso a orar; se acercó después al cadáver y dijo: 'Tabita, levántate'. Ella abrió sus ojos y, al ver a Pedro, se incorporó.
Exaltado, pues, por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre el Espíritu Santo, objeto de la promesa, lo ha derramado. Esto es lo que estáis viendo y oyendo.
Eso lo dijo refiriéndose al Espíritu que habrían de recibir los que creyeran en él. Pues aún no había Espíritu, porque Jesús no había sido aún glorificado.
con la fuerza de milagros y prodigios y con el poder del Espíritu Santo; de manera que desde Jerusalén en todas direcciones hasta Iliria he anunciado el evangelio de Cristo;
preguntándose: '¿Qué haremos con estos hombres? Porque ciertamente han hecho un milagro notorio y manifiesto a todos los habitantes de Jerusalén, y no podemos negarlo.
Ya sabéis lo que os he dicho: Me voy, pero volveré a estar con vosotros. Si me amáis, os alegraréis de que me vaya al Padre, porque el Padre es mayor que yo.
y, viendo desde lejos una higuera que tenía hojas, fue a ver si encontraba algo en ella; pero al llegar sólo encontró hojas, pues no era tiempo de higos.