será para vosotros como un compatriota más, y lo amarás como a ti mismo, pues también vosotros fuisteis extranjeros en Egipto: yo, el Señor, vuestro Dios.
Hermanos, es nuestro deber y es de justicia dar gracias a Dios por vosotros, por los grandes progresos de vuestra fe y por el amor cada vez más grande que os tenéis unos a otros,
Que todos sean una sola cosa; como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos sean una sola cosa en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.