Al oírlo Jesús, le dijo: 'Aún te queda una cosa por hacer: Vende todo lo que tienes, dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo; después, ven y sígueme'.
Vended lo que tengáis y dad limosna con ello. Haceos bolsas que no se gasten y riquezas inagotables en el cielo, donde no entra ningún ladrón, ni roe la polilla;
vosotros, que decís: '¿Cuándo pasará la luna nueva, para que podamos vender el trigo, y el sábado, para que despachemos el grano? Disminuiremos la medida y aumentaremos el precio, falsearemos las balanzas para engañar;
Más aún, exigidles la misma cantidad de ladrillos que antes, sin perdonarles ni uno, pues son unos holgazanes. Por eso dicen: Déjanos ir a ofrecer sacrificios a nuestro Dios.
Ahora bien, nosotros, que vivimos a expensas del palacio, no podemos tolerar que se desprecie al rey de esta manera, por lo que remitimos al rey esta información.