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Referencias Cruzadas

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Juan 12:40

Biblia Martin Nieto

Les has cegado sus ojos y has embotado su mente para que sus ojos no vean ni su mente comprenda; así no podrán convertirse ni yo los tendré que sanar.

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44 Referencias Cruzadas  

Embota el corazón de este pueblo, endurece su oído, ciega sus ojos, de suerte que no vea con sus ojos, ni oiga con sus oídos, ni entienda con su corazón, ni se convierta, ni se cure.

Él dijo: 'A vosotros se os ha dado conocer los secretos del reino de Dios, pero a los demás sólo en parábolas, para que aunque miren no vean y aunque oigan no entiendan.

para que aunque miren no vean y aunque oigan no entiendan, no sea que se conviertan y sean perdonados'.

porque el Señor ha derramado sobre vosotros un espíritu de sopor, ha cerrado vuestros ojos: los profetas, y ha velado vuestras cabezas: los videntes.

Por tanto, arrepentíos y convertíos para que sean borrados vuestros pecados;

Jesús dijo: 'Yo he venido a este mundo para que los que no ven vean, y los que ven se queden ciegos'.

El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido. Me ha enviado a llevar la buena nueva a los pobres, a anunciar la libertad a los presos, a dar la vista a los ciegos, a liberar a los oprimidos

Asiria no nos puede salvar; no montaremos ya en los caballos, y no diremos más 'dios nuestro' a la obra de nuestras manos, pues en ti encuentra compasión el huérfano.

Venid, volvamos al Señor: él ha desgarrado, él nos curará; él ha herido, él nos vendará.

'Hijo de hombre, tú vives en medio de la raza de rebeldes. Tienen ojos para ver y no ven, oídos para oír y no oyen; son un pueblo de rebeldes.

Volved, hijos rebeldes, yo curaré vuestras rebeldías. 'Aquí estamos, a ti venimos, porque tú eres el Señor, nuestro Dios.

él cura los corazones rotos y venda sus heridas.

El Señor lo cuidará en su lecho de dolor, le cambiará de continuo la cama durante la enfermedad.

Señor, no me castigues cuando estés airado, no me reprendas cuando estés enfurecido;

Porque el Señor había decretado que todas estas ciudades endureciesen su corazón para que combatiesen contra los israelitas; y los israelitas los exterminaron por completo y sin piedad, como el Señor se lo había ordenado a Moisés.

Durante cuarenta años os he hecho caminar por el desierto, sin que se os hayan gastado los vestidos y el calzado.

Así pues, tiene misericordia de quien quiere, y a quien quiere le endurece el corazón.

Ve a este pueblo y diles: Oiréis con los oídos, y no entenderéis; miraréis con vuestros ojos, y no veréis.

Dejadlos. Son ciegos, guías de ciegos; y si un ciego guía a otro ciego, ambos caerán en el hoyo'.

Y si hasta el profeta se deja seducir y habla, es que yo, el Señor, he dejado a este profeta sucumbir a la seducción; y extenderé mi mano contra él y lo extirparé de en medio de mi pueblo Israel.

Escucha, pueblo necio e insensato, que tiene ojos y no ve, oídos y no oye.

Ellos, enviados por la Iglesia, atravesaron Fenicia y Samaría, narrando la conversión de los paganos y causando un gran gozo a todos los hermanos.

Los discípulos no salían de su asombro, pues no habían entendido lo de los panes y sus mentes estaban embotadas.

Ha sido traspasado por nuestros pecados, triturado por nuestras iniquidades; el castigo, precio de nuestra paz, cae sobre él, y a causa de sus llagas hemos sido curados.

Señor, alzada está tu mano; pero ellos no la miran. ¡Vean tu celo por tu pueblo, y se avergüencen, y el fuego preparado para tus enemigos los devore!

Yo endureceré el corazón de los egipcios y seguirán tras ellos por el mar; así seré glorificado a costa del Faraón y de todo su ejército, de sus carros y de sus caballeros.

El Señor endureció el corazón del Faraón, rey de Egipto, que persiguió a los israelitas que habían partido con la frente alta.

Yo endureceré el corazón del Faraón, y os perseguirá; yo seré glorificado a costa del Faraón y de todo su ejército; los egipcios reconocerán que yo soy el Señor'. Y así lo hicieron.

El corazón del Faraón se endureció y no les escuchó, tal y como había dicho el Señor.

Pero yo endureceré el corazón del Faraón y multiplicaré en Egipto mis señales y prodigios.

El Señor le dijo: 'En el camino hacia Egipto recuerda los prodigios que he puesto en tu mano y que tienes que hacer delante del Faraón. Yo endureceré su corazón de modo que no dejará salir al pueblo.

Y el Señor decía: ¿Quién seducirá a Ajab, para que vaya y muera en Ramot de Galaad? Y uno proponía una cosa y otro otra.

Pero el Señor endureció el corazón del Faraón, que no dejó salir al pueblo, como había dicho el Señor.

El Señor dijo a Moisés: 'Preséntate al Faraón, porque yo he endurecido su corazón y el de sus servidores para realizar en medio de ellos mis prodigios,

Y Moisés y Aarón habían realizado todos estos prodigios en presencia del Faraón. Pero el Señor endureció el corazón del Faraón, que no dejó salir de su país a los israelitas.

Y respondí: Aquí estoy yo, mándame a mí. Él me dijo: Vete y dile a este pueblo: Escuchad bien, pero sin comprender; mirad, pero sin ver.

Y no podían creer, porque ya había dicho también Isaías:




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