Embota el corazón de este pueblo, endurece su oído, ciega sus ojos, de suerte que no vea con sus ojos, ni oiga con sus oídos, ni entienda con su corazón, ni se convierta, ni se cure.
Él dijo: 'A vosotros se os ha dado conocer los secretos del reino de Dios, pero a los demás sólo en parábolas, para que aunque miren no vean y aunque oigan no entiendan.
El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido. Me ha enviado a llevar la buena nueva a los pobres, a anunciar la libertad a los presos, a dar la vista a los ciegos, a liberar a los oprimidos
Asiria no nos puede salvar; no montaremos ya en los caballos, y no diremos más 'dios nuestro' a la obra de nuestras manos, pues en ti encuentra compasión el huérfano.
Porque el Señor había decretado que todas estas ciudades endureciesen su corazón para que combatiesen contra los israelitas; y los israelitas los exterminaron por completo y sin piedad, como el Señor se lo había ordenado a Moisés.
Y si hasta el profeta se deja seducir y habla, es que yo, el Señor, he dejado a este profeta sucumbir a la seducción; y extenderé mi mano contra él y lo extirparé de en medio de mi pueblo Israel.
Ha sido traspasado por nuestros pecados, triturado por nuestras iniquidades; el castigo, precio de nuestra paz, cae sobre él, y a causa de sus llagas hemos sido curados.
Yo endureceré el corazón de los egipcios y seguirán tras ellos por el mar; así seré glorificado a costa del Faraón y de todo su ejército, de sus carros y de sus caballeros.
Yo endureceré el corazón del Faraón, y os perseguirá; yo seré glorificado a costa del Faraón y de todo su ejército; los egipcios reconocerán que yo soy el Señor'. Y así lo hicieron.
El Señor le dijo: 'En el camino hacia Egipto recuerda los prodigios que he puesto en tu mano y que tienes que hacer delante del Faraón. Yo endureceré su corazón de modo que no dejará salir al pueblo.
El Señor dijo a Moisés: 'Preséntate al Faraón, porque yo he endurecido su corazón y el de sus servidores para realizar en medio de ellos mis prodigios,
Y Moisés y Aarón habían realizado todos estos prodigios en presencia del Faraón. Pero el Señor endureció el corazón del Faraón, que no dejó salir de su país a los israelitas.