Los judíos comentaban: '¿A dónde irá éste, que nosotros no podamos encontrarlo? ¿Se irá tal vez con los judíos emigrados entre los griegos para anunciar su doctrina a los griegos?
Y se puso en marcha. En esto un etíope eunuco, ministro de Candaces, reina de Etiopía, administrador de todos sus bienes, que había venido a Jerusalén,
gritando: 'Israelitas, ayudadnos: éste es el hombre que va enseñando por todas partes y a todos contra el pueblo, contra la ley, contra este lugar; más aún, ha metido a los griegos en el templo, profanando este lugar santo'.