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Referencias Cruzadas

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Juan 11:51

Biblia Martin Nieto

Esto no lo dijo por propia iniciativa, sino que, como era el sumo sacerdote aquel año, profetizó que Jesús debía morir por la nación;

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23 Referencias Cruzadas  

Después de las sesenta y dos semanas, matarán a un ungido inocente. La ciudad y el santuario serán destruidos por un príncipe que ha de venir. Su fin será en un cataclismo, y hasta el final habrá guerra y devastaciones decretadas.

Al que no conoció pecado, le hizo pecado en lugar nuestro, para que nosotros seamos en él justicia de Dios.

Cuando David supo que Saúl tramaba el mal contra él, pidió al sacerdote Abiatar que le llevara el efod.

Y en el pectoral del juicio pondrás los 'urim' y los 'tummim' para que estén sobre el corazón de Aarón cuando entre a la presencia del Señor, llevando continuamente sobre el corazón, ante el Señor, el juicio de los israelitas'.

Cristo nos liberó de la maldición de la ley, haciéndose maldición por nosotros, como dice la Escritura: Maldito el que está colgado en un madero,

Aunque tenga el don de profecía y conozca todos los misterios y toda la ciencia, y aunque tenga tanta fe que traslade las montañas, si no tengo amor, no soy nada.

igual que mi Padre me conoce a mí, y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas.

de la misma manera que el hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y dar su vida por la liberación de todos'.

Saúl consultó al Señor; pero el Señor no le respondió ni por los sueños, ni por las urim, ni por los profetas.

Levantó los ojos y vio a Israel acampado por tribus; el espíritu del Señor vino sobre él,

Entonces el Señor abrió la boca de la burra, que dijo a Balaán: '¿Qué te he hecho yo para que me hayas pegado por tres veces?'.

Pues también Cristo murió una vez por los pecados el justo por los injustos, con el fin de llevarnos a Dios. Sufrió la muerte corporal, pero fue devuelto a la vida espiritual;

él que llevó en su propio cuerpo nuestros pecados sobre la cruz para que, muertos para el pecado, vivamos para la justicia: por sus heridas hemos sido curados.

Uno de ellos, Caifás, que era el sumo sacerdote aquel año, les dijo:

y lo llevaron primero a Anás, por ser suegro de Caifás. Éste era sumo sacerdote aquel año.

Él se ofrece en expiación por nuestros pecados; y no sólo por los nuestros, sino por los de todo el mundo.




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