Ella, así que lo oyó, se levantó rápidamente y salió al encuentro de Jesús.
De ti mi corazón me ha dicho: 'Busca su rostro'; es tu rostro, Señor, lo que yo busco;
El hierro se aguza con el hierro, y el hombre se afina al contacto con su prójimo.
Dicho esto, fue a llamar a María, su hermana, y le dijo al oído: 'El Maestro está ahí y te llama'.
Jesús aún no había entrado en el pueblo; estaba todavía en el sitio donde lo había encontrado Marta.