Betania distaba de Jerusalén unos tres kilómetros,
La cuba fue pisada fuera de la ciudad, y de la cuba salió sangre hasta los frenos de los caballos sobre una distancia de unos trescientos kilómetros.
La ciudad es un cuadrado, y su largura es igual que su anchura. Midió la ciudad con la medida: dos mil doscientos veinte kilómetros: su largura, su anchura y su altura son iguales.
Había un enfermo, Lázaro, de Betania, el pueblecito de María y de su hermana Marta.
Habían remado como unos cinco kilómetros cuando vieron a Jesús, que caminaba sobre el mar y se acercaba a la barca; y se asustaron.
Aquel mismo día, dos de ellos se dirigían a una aldea llamada Emaús, distante de Jerusalén unos trece kilómetros.
Y dejándoles, salió de la ciudad, se fue a Betania y allí pasó la noche.