El hombre no conoce su hora: como los peces que son apresados en la red fatal y como los pájaros que se enredan en el lazo, así los hombres se dejan enredar por el infortunio cuando de improviso cae sobre ellos.
Los de Benjamín decían: 'Están derrotados ante nosotros, como la vez anterior'. Pero los israelitas se decían: 'Huyamos para traerlos lejos de la ciudad'.