El Señor dijo a Josué: 'No tengas miedo ni te acobardes. Toma contigo todos los hombres de guerra, levántate y sube contra Ay. Mira, yo pongo en tus manos al rey de Ay, a su pueblo, su ciudad y su tierra.
El Señor, tu Dios, pone en tus manos esta tierra; sube y toma posesión de ella, como te ha dicho el Señor, Dios de tus padres. No temas ni te acobardes.
Y tú no temas, siervo mío Jacob; ni tiembles, Israel. Mira, yo te libraré de tierras lejanas, y a tu descendencia de su país de exilio. Jacob volverá a vivir en paz y en seguridad, sin que nadie lo inquiete.
Lo sabrán los cananeos y todos los habitantes de la región, y se unirán contra nosotros para hacer desaparecer nuestro nombre de la tierra. Y entonces, ¿qué harás tú por tu glorioso nombre?'.
Gime, Jesbón, pues ha sido devastada Ay; chillad, poblaciones de Rabat; vestíos de sayal, llorad, callejead por entre los escombros, porque Melcón es llevado al cautiverio junto con sus sacerdotes y sus jefes.