Abrahán se levantó de madrugada, aparejó su asno, tomó consigo dos criados y a su hijo Isaac, partió la leña para el holocausto y se encaminó hacia el lugar que Dios le había dicho.
El que sea sorprendido con el objeto consagrado al exterminio será quemado, él y todo lo que le pertenece, por haber roto la alianza con el Señor y haber cometido una infamia con Israel'.