Levántate y trilla, hija de Sión. Yo haré tus cuernos de hierro y de bronce tus pezuñas; triturarás a numerosos pueblos, consagrarás su botín al Señor, y sus riquezas al dueño de toda la tierra.
Tan pronto como las plantas de los pies de los sacerdotes que llevan el arca del Señor de toda la tierra toquen las aguas del Jordán, la corriente del río se cortará y las aguas que vienen de arriba se pararán formando como un muro'.
El Señor será terrible contra ellos. Aniquilará a todos los dioses de la tierra; se prosternarán ante él, cada uno en su país, todas las islas de las naciones.
¿Quién no te temerá, rey de las naciones? Sí, a ti se te debe el temor, porque entre todos los sabios de las naciones, en todos sus reinos, no hay nadie como tú.
Reconoce desde ahora mismo que es el Señor, tu Dios, quien va delante de ti como fuego devorador, que los destruirá. Él los derrotará delante de ti, y tú los desalojarás y los aniquilarás rápidamente, según la promesa del Señor.
Tuya es, Señor, la grandeza, el poder, el honor, la majestad y la gloria, pues todo cuanto hay en el cielo y en la tierra es tuyo. Tuyo, Señor, es el reino, porque te alzas soberanamente sobre todo.