Cuando los reyes amorreos de Cisjordania y los cananeos de occidente oyeron cómo había secado el Señor las aguas del Jordán ante los israelitas hasta que pasaron, se quedaron atónitos y acobardados ante ellos.
que les hicieron treinta y seis bajas y los persiguieron desde la puerta hasta el Sebarín derrotándolos en la bajada. El pueblo se desalentó y se acobardó.
Los jefes seguirán diciendo a la tropa: ¿Hay alguien que tenga miedo y se acobarde? Que se vuelva a su casa para que no contagie la cobardía a sus hermanos.
¿Dónde vamos a ir? Nuestros hermanos nos han desanimado al decirnos: Son más numerosos y más fuertes que nosotros; las ciudades son grandes, y sus murallas llegan hasta el cielo. Hemos visto entre ellos incluso descendientes de Anac.
Acto seguido regresó con toda su comitiva adonde el hombre de Dios, y en pie ante él, dijo: 'Reconozco que no hay otro dios en toda la tierra fuera del Dios de Israel. Y ahora, dígnate recibir un regalo de tu siervo'.
Oráculo contra Egipto: Ved al Señor que, cabalgando sobre una nube ligera, viene a Egipto. Los ídolos de Egipto tiemblan ante él, y el corazón de los egipcios desfallece en su pecho.
Ellos respondieron a Josué: 'Tus siervos habían sido informados de cómo el Señor, tu Dios, había mandado a Moisés, su siervo, que se os diera toda la tierra y de que todos sus habitantes fueran exterminados ante vosotros. Y, temiendo por nuestras vidas, hemos hecho esto.
Cuando nuestros enemigos lo supieron, se llenaron de miedo y se sintieron humillados al reconocer que esta obra había sido realizada con la ayuda de nuestro Dios.
En las provincias y poblaciones adonde llegaban las órdenes del decreto real tuvieron los judíos alegría y gozo, convites y fiestas. Muchos se hacían judíos por el miedo que les tenían.