Después la frontera bajaba hacia el arroyo de Caná. Al sur del arroyo estaban las ciudades de Egreín; el territorio de Manasés estaba al norte del arroyo y terminaba en el mar.
El territorio del sur pertenecía a Efraín, y el del norte a Manasés; el mar era su frontera; por el norte confinaban con Aser, y por el este con Isacar.