Manasés no pudo echar a los habitantes de Betsán, de Tanac, de Dor, de Yibleán y de Meguido, con sus respectivas ciudades dependientes; los cananeos siguieron viviendo en ellas.
la región oriental del valle del Jordán, desde el lago de Genesaret hasta el mar Muerto, hacia Bet Yesimot, y, por el sur, hasta más abajo de la pendiente de Pisga.
Manasés tenía en los territorios de Isacar y de Aser los siguientes enclaves: Betsán, Yiblán, Dor, Endor, Tanac y Meguido, con sus correspondientes aldeas.
En el valle: Bet Jarán, Bet Nimrá, Sucot, Safón y el resto del reino de Sijón, rey de Jesbón. El Jordán era el límite hasta el extremo sur del mar de Genesaret.
Josué se puso en marcha, exterminó a los anaquitas de la montaña, de Hebrón, de Debir, de Anab, de toda la montaña de Judá y de toda la montaña de Israel, y destruyó todas sus ciudades.
Josué conquistó toda la tierra: la montaña, el Negueb, la tierra baja y las pendientes con todos sus reyes, sin dejar ni un superviviente. Entregó al exterminio a todo ser viviente, como había mandado el Señor, Dios de Israel.
Las gentes de Gabaón enviaron a decir a Josué al campamento de Guilgal: 'No niegues tu ayuda a tus siervos. Ven rápidamente a salvarnos y defendernos, porque se han coligado contra nosotros todos los reyes amorreos que habitan la montaña'.
De esta manera se apoderó Josué de todo este territorio: la montaña, todo el Negueb y toda la tierra de Gosen, la tierra baja, la Arabá, la montaña de Israel y sus llanuras,
Ben Hadad dio oídos al rey Asá y mandó a los jefes de sus ejércitos contra las ciudades de Israel, y devastó a Iyón, Dan, Abel-bet-Maacá y toda la región de Genesaret con todo el territorio de Neftalí.