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Referencias Cruzadas

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Jonás 3:5

Biblia Martin Nieto

Los ninivitas creyeron a Dios y ordenaron un ayuno; se vistieron de saco chicos y grandes.

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21 Referencias Cruzadas  

Los hombres de Nínive se levantarán en el día del juicio con esta generación y la condenarán, porque se arrepintieron por la predicación de Jonás, ¡y aquí hay algo que es más que Jonás!'

Los hombres de Nínive se levantarán en el día del juicio con esta generación y la condenarán, porque se arrepintieron por la predicación de Jonás; y aquí hay algo que es más que Jonás.

Me dirigí al Señor implorándole con oraciones y súplicas, con ayuno, sayal y ceniza.

Promulgad un ayuno, convocad una asamblea, reuníos, ancianos, y vosotros todos, habitantes del país, en la casa del Señor, Dios vuestro; aclamad al Señor:

Josafat, atemorizado, recurrió al Señor y promulgó ayuno en todo Judá.

La fe es la garantía de las cosas que se esperan, la prueba de aquellas que no se ven.

Por la fe Noé, divinamente advertido acerca de las cosas que todavía no se veían, movido de un religioso temor, construyó un arca para salvar a su familia; por la fe condenó al mundo y se convirtió en heredero de la justicia que se obtiene por la fe.

Por lo cual tened ánimos, amigos; porque confío en Dios, y estoy seguro de que sucederá tal como se me ha dicho.

Todos, desde el más chico al más grande, le seguían y decían: 'Éste es el poder mismo de Dios, el que llaman el Grande'.

Entonces él llamó a Juan, hijo de Carej, a todos los oficiales que lo acompañaban y al pueblo entero, desde el más chico al mayor,

Entonces todos los oficiales, con Juan, hijo de Carej, y Azarías, hijo de Hosayas, y todo el resto del pueblo, grandes y pequeños,

Fue cuando en el año quinto de Joaquín, hijo de Josías, rey de Judá, fue convocado a un ayuno ante el Señor todo el pueblo de Jerusalén y toda la multitud llegada a Jerusalén de las ciudades de Judá.

No tendrán ya que instruirse mutuamente, diciéndose unos a otros: '¡Conoced al Señor!', pues todos me conocerán, desde el más pequeño al mayor -dice el Señor-, porque perdonaré su crimen y no me acordaré más de sus pecados.

Allí, a orillas del río Ahavá, proclamé un ayuno para humillarnos delante de nuestro Dios y pedirle un viaje feliz para nosotros, nuestras familias y toda nuestra hacienda.

Yo haré que mis dos testigos profeticen vestidos de saco durante mil doscientos sesenta días'.

Apenas supo Mardoqueo lo que se había hecho, rasgó sus vestiduras, se vistió de saco y ceniza y salió por la ciudad lanzando gritos de dolor: '¡Un pueblo inocente va a ser exterminado!'.

Y por orden del rey y de sus magnates se publicó en Nínive este bando: 'Hombres y bestias, ganado mayor y menor no probarán bocado, no pastarán, ni beberán agua.

Los israelitas se despojaron de sus galas a partir del monte Horeb.

Cuando el rey Ezequías oyó esto, rasgó sus vestiduras, se cubrió de saco y entró en el templo del Señor.




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