Yo dije: ¡Soy rechazado lejos de tus ojos! ¿Cómo podré volver a contemplar tu santo templo?
Las aguas me cubrieron la cabeza y dije: '¡Estoy perdido!'.
En el Señor he puesto toda mi esperanza, él se inclinó hacia mí y escuchó mi grito;
'Cuando veáis a Jerusalén cercada por ejércitos, sabed que se aproxima su destrucción.
Mas yo, por tu infinita bondad, entro en tu casa, me postro hacia tu templo con toda reverencia.