'Clamé al Señor en mi angustia, y él me atendió; desde el vientre del abismo grité, tú escuchaste mi voz.
Mi alma en mi interior se aflige, por eso te recuerdo desde la región del Jordán, desde el Hermón y el monte de Misar.
Las aguas me cubrieron la cabeza y dije: '¡Estoy perdido!'.
Las olas de la muerte me envolvían, los torrentes del averno me espantaban.
¡Aleluya! Yo amo al Señor porque escucha el grito de mi súplica,
porque me presta oído siempre que lo invoco.
Canción de las subidas
Invoqué tu nombre, Señor, desde la hondura de la fosa.