Cuando David vio al ángel que azotaba al pueblo, dijo al Señor: 'Yo soy quien ha pecado y ha obrado mal; pero estos otros, el rebaño, ¿qué han hecho? Que tu mano caiga sobre mí y sobre mi familia'.
y David dijo a Dios: '¿No soy yo quien ordenó el censo del pueblo? Yo soy quien ha pecado y ha obrado mal; pero estos otros, el rebaño, ¿qué han hecho? Señor, Dios mío, que tu mano caiga sobre mí y mi familia, pero que el pueblo se vea libre del castigo'.
Por eso los israelitas no podrán resistir ante sus enemigos; les volverán la espalda, porque ahora ellos se han hecho merecedores del exterminio. No estaré más con vosotros mientras no entreguéis al exterminio lo que yo ordené.