Con todo, también ella fue al destierro prisionera, también sus niños fueron estrellados en las esquinas de todas las calles; sobre sus nobles se echaron suertes, y todos sus grandes fueron metidos en los cepos.
El día que estabas frente a él, cuando los extranjeros llevaban prisionero a su ejército y los extranjeros entraban por sus puertas y echaban suertes sobre Jerusalén, tú también eras como uno de ellos.
Esto dice el Señor: Por tres crímenes de Israel y por cuatro no le perdonaré; porque ha vendido al inocente por dinero y al pobre por un par de sandalias;
de canela, cinamomo y perfumes, mirra e incienso, vino y aceite, flor de harina y trigo; bestias de carga, ovejas, caballos y carros, esclavos y otros seres humanos.