¡Día de oscuridad y de tiniebla, día de nubes y de niebla espesa! Como de monte en monte va la aurora; avanza un pueblo numeroso y fuerte, como jamás ha existido y como no habrá más en los años lejanos.
Como un estrépito de carros que saltan sobre las cimas de los montes, como el crujir de la llama que devora el rastrojo: un pueblo poderoso puesto en orden de batalla.
En aquel tiempo surgirá Miguel, el gran príncipe, que hace guardia sobre los hijos de tu pueblo. Será aquél un período de angustia como no lo hubo desde que existen las naciones hasta aquel día. Entonces serán salvados, de entre el pueblo, todos aquellos que se hallen inscritos en el libro.
mirará hacia la tierra, y sólo habrá angustia, oscuridad, desolación y tinieblas, espesa lobreguez. Mas no (por siempre) las tinieblas sobre el que está en angustia.
olas bravías del mar, que arrojan la espuma de sus impurezas; estrellas errantes, a las que est reservada la oscuridad de las tinieblas por toda la eternidad.
Porque no os habéis acercado a una montaña que se pueda tocar con la mano, como los israelitas. No os habéis enfrentado al fuego ardiente, al torbellino, a la oscuridad densa, a la tempestad,
Porque el que hizo las montañas y creó el viento, el que descubre al hombre sus pensamientos, el que hace la aurora y las tinieblas y camina sobre las cumbres de la tierra se llama el Señor, Dios omnipotente.
Y él ha cumplido las amenazas que pronunció contra nosotros y contra los príncipes que nos gobernaban: que haría caer sobre nosotros un desastre tan grande como no ha habido jamás otro bajo el cielo, como le ha sucedido a Jerusalén.
Dad gloria al Señor, vuestro Dios, antes que lleguen las tinieblas; antes que vuestros pies tropiecen por los montes tenebrosos; vosotros esperáis luz, pero él la cambiará en noche, la convertirá en tinieblas.
Invadirá tus casas, las de tus servidores y las de todos los egipcios, como nunca vieron tus padres, ni tus abuelos, desde que aparecieron en la tierra hasta hoy'. Moisés se retiró y salió de la casa del Faraón.
Vosotros todos, los que pasáis por el camino mirad y ved si hay dolor como el dolor que me atormenta, con el que el Señor me ha herido el día del fuego de su cólera.
Como un pastor pasa revista a su ganado cuando se encuentra entre su rebaño disperso, así pasaré yo revista a mis ovejas y las recobraré de todos los lugares donde se habían dispersado en día de nubes y tinieblas.