No consentiré que se oiga más contra ti el ultraje de las naciones, no soportarás más el escarnio de los pueblos ni privarás de hijos a tu nación', dice el Señor Dios.
Y vendrán cantando de alegría a la altura de Sión, volverán a gozar de los bienes del Señor: el trigo, el vino y el aceite, las ovejas y los bueyes. Su alma será un huerto bien regado y no volverán ya a languidecer.
Le haré rendir cuentas de sus fiestas en honor de los baales, a quienes quemaba incienso ataviada de anillos y collares para correr tras sus amantes, olvidándose de mí -dice el Señor-.
Pues yo sembraré la paz; la viña dará su fruto, la tierra dará sus productos y el cielo enviará su rocío. Yo daré todo esto en posesión al resto de este pueblo.