Contádselo a vuestros hijos, y vuestros hijos a sus hijos y sus hijos a la generación futura.
Incúlcaselas a tus hijos y repíteselas cuando estés en casa, lo mismo que cuando estés de viaje, acostado o levantado.
Una generación ponderará tus obras a la otra, proclamarán tus proezas;
ahora que estoy viejo y encanecido, oh Dios, no me abandones, para que pueda anunciar a esta generación las obras de tu brazo, y tu poder a las edades venideras.
Y cuando tu hijo te pregunte mañana: ¿Qué es esto?, tú le dirás: El Señor nos sacó con mano fuerte de Egipto, de la casa de la esclavitud.
El que vive, el que vive, te alaba como yo en este día. El padre da a conocer a sus hijos tu fidelidad.
Al maestro de coro. Maskil de los hijos de Coré