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Referencias Cruzadas

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Jeremías 9:3

Biblia Martin Nieto

Desconfíe cada uno de su prójimo, no os fiéis de un hermano, pues todo hermano estafa y todo amigo siembra calumnias.

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43 Referencias Cruzadas  

¿Y no he de castigarlos yo por estas cosas -dice el Señor-, y de un pueblo como éste no he de tomar venganza?'.

Sepulcro abierto es su garganta, con sus lenguas urdieron engaños, veneno de áspides bajo sus labios.

¡Oh, necio es mi pueblo, no me conocen; son hijos insensatos, no tienen inteligencia, diestros sólo para el mal, pero no saben hacer el bien!

murió también toda aquella generación que no conocía al Señor ni lo que había hecho por Israel.

No tendrán ya que instruirse mutuamente, diciéndose unos a otros: '¡Conoced al Señor!', pues todos me conocerán, desde el más pequeño al mayor -dice el Señor-, porque perdonaré su crimen y no me acordaré más de sus pecados.

Los hijos de Elí eran unos disolutos; no se cuidaban del Señor,

Ellos le han vencido por la sangre del cordero y por el testimonio que proclamaron, y han despreciado su vida hasta sufrir la muerte.

Queridísimos, tenía un gran deseo de escribiros acerca de nuestra común salvación, y me he visto obligado a hacerlo para exhortaros a luchar por la fe, que de una vez para siempre ha sido transmitida a los creyentes.

Los hombres malvados irán de mal en peor; engañarán y serán engañados.

sin dejaros intimidar en lo más mínimo ante vuestros adversarios; lo que para ellos es señal de perdición, lo es en cambio para vosotros de salvación, y esto por obra de Dios.

Y como no se preocuparon de tener el conocimiento cabal de Dios, Dios los abandonó a su mente depravada, que los empuja a hacer lo que no deben.

Yo no me avergüenzo del evangelio, que es poder de Dios para la salvación de todo el que cree, del judío primero y también del griego.

Y la vida eterna es que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y al que tú has enviado, Jesucristo).

Porque si alguien se avergüenza de mí y de mi doctrina ante esta generación adúltera y pecadora, también el hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles'.

Hacía justicia al débil y al pobre, y todo le iba bien. ¿No es eso conocerme? - dice el Señor-.

¡Fraude sobre fraude! ¡Engaño sobre engaño! No quieren conocerme -dice el Señor-.

Pero no me escucharon ni me hicieron caso. Endurecieron su cabeza y se portaron peor que sus padres.

Entrad en razón y no pequéis, pues algunos tienen gran ignorancia de Dios. Os lo digo para vergüenza vuestra.

No robaréis, no mentiréis ni os engañaréis unos a otros.

Conoce el buey a su señor y el asno el pesebre de su amo. Israel, en cambio, no conoce; mi pueblo no comprende.

El pueblo se alzará, hombre contra hombre, vecino contra vecino; se lanzará el joven contra el anciano, el plebeyo contra el noble.

Yo exclamé: ¡Ay de mí, estoy perdido, pues soy hombre de labios impuros; vivo entre un pueblo de labios impuros, y mis ojos han visto al rey, al Señor todopoderoso.

Yo me decía: Sólo el vulgo procede neciamente, porque no conocen el camino del Señor y el precepto de su Dios.

Me dirigiré, pues, a los grandes y les hablaré, porque éstos conocen el camino del Señor y el precepto de su Dios. ¡Pero unos y otros han quebrado el yugo y han roto las coyundas!

En cuanto a los dos reyes, su corazón no pensará más que en hacerse daño y, aun sentados a la misma mesa, se dirán mentiras. Pero nada lograrán, pues falta tiempo aún para el momento fijado.

Ella puso junto a sí el manto hasta que su marido volviera a casa.

Ella le estuvo llorando los siete días que duraba la fiesta. Tanto le insistió que, por fin, al séptimo día se lo explicó, y ella dio a sus paisanos la solución del acertijo.

Los proyectos de los justos son justicia; los planes de los injustos, la falsedad.

La cólera del Señor omnipotente ha incendiado la tierra, y el pueblo se ha vuelto pasto de las llamas. Nadie perdona a su vecino.

Son todos empedernidos rebeldes, sembradores de calumnias, todos ellos corrompidos.

Pues hasta tus hermanos y tu familia te traicionan. Ellos mismos, a tus espaldas, te critican a voces. No te fíes de ellos cuando te dan buenas palabras.

Y añadió: 'Verás todavía acciones nefastas peores que éstas'.

Los judíos corroboraron la acusación diciendo que era como se había dicho.




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