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Referencias Cruzadas

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Jeremías 9:1

Biblia Martin Nieto

¡Quién me brindara en el desierto un albergue de ambulantes! Abandonaría entonces a mi pueblo; me alejaría de él, porque son todos adúlteros, una pandilla de traidores.

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20 Referencias Cruzadas  

Si no escucháis este aviso, mi alma llorará en secreto por vuestro orgullo; llorará sin descanso y mis ojos derramarán lágrimas, porque el rebaño del Señor es conducido al cautiverio.

Por esto digo: Retirad vuestros ojos de mí, dejad que llore amargamente; no tratéis de consolarme por la ruina de la hija de mi pueblo.

Mis ojos están en lágrimas sumidos, mis entrañas se estremecen; mi hiel por tierra derramada, por la caída de la hija de mi pueblo, cuando desfallecían niños y lactantes en las plazas de la ciudad.

Hija de mi pueblo, vístete de saco, échate en la ceniza, ponte de luto como por un hijo único, con amargos lamentos. Porque cae de improviso el devastador sobre nosotros.

Tú les dirás estas palabras: 'Mis ojos se derriten en lágrimas noche y día sin descanso, por el gran desastre que quebranta a la virgen, hija de mi pueblo, por su gravísima herida.

Por eso lloro yo, como llora Yazer, por las viñas de Sibmá; te inundo con mis lágrimas, Jesbón, Elalé, porque sobre tu siega y tu vendimia cayó un grito de guerra.

ríos de lágrimas caen de mis ojos porque tu ley no se observa.

mi alma tiene sed de Dios, del Dios viviente: ¿cuándo podré ir a ver el rostro del Señor?

¡Ay, mis entrañas, mis entrañas! ¡Cómo sufro! ¡Entretelas de mi corazón! El corazón se me salta; ya no puedo callarme porque he oído el sonido del clarín, el clamor de guerra.

Me invade la tristeza, desfallece mi corazón.

Sí, un lamento llega de Sión: ¡Ah, en qué desastre estamos! ¡Qué vergüenza nos cubre! ¡Tener que abandonar la patria y dejar nuestra casa!

Entonces me digo: ¡Quién me diera alas para volar como el águila en busca de un refugio!

Y con todo esto, Judá, su pérfida hermana, no ha vuelto a mí de todo corazón, su arrepentimiento es falso, dice el Señor.

¿Por qué he de perdonarte? Tus hijos me han abandonado, juran por dioses que no existen. Los he saciado, y se han hecho adúlteros; frecuentan la casa de la prostituta.

En ti se acepta soborno para derramar sangre; aceptas usura e interés, despojas con violencia a tu prójimo y te has olvidado de mí, dice el Señor Dios.

Todos ellos son adúlteros, queman como horno encendido, aunque el hornero deje de atizar el fuego desde que prepara la masa hasta que fermenta.




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