Alzad sobre los montes llantos y lamentos, una elegía por los pastizales de la estepa, pues han sido abrasados y nadie pasa ya por ellos ni se siente el mugir de los ganados. Aves del cielo y animales han huido, se han ido.
Aman los sacrificios; ¡pues que los ofrezcan! Aman la carne; ¡que la coman! El Señor no se complace en ellos; ahora recordará su iniquidad, castigará su pecado y ellos volverán a Egipto.
Y no tendré piedad de ti ni compasión, sino que te juzgaré responsable de tu proceder, porque tus nefastas acciones estarán manifestadas en medio de ti y sabréis que yo soy el Señor, el que hiere.
El Señor no podía soportar más la maldad de vuestras acciones y las monstruosidades que habéis cometido; por eso vuestro país ha quedado convertido en un desierto, objeto de horror y execración, sin ningún habitante, como sucede actualmente.
Por tanto, esto dice el Señor, Dios de Israel, sobre los pastores que guían a mi pueblo: Vosotros habéis dispersado mi rebaño, lo habéis descarriado sin preocuparos de él. Pero yo me voy a ocupar ahora de vosotros -dice el Señor-, castigando vuestras perversas acciones.
¡Alegraos, naciones, con el pueblo de Dios! / Porque va a vengar la sangre de sus siervos, / a dar su merecido a los adversarios / y a perdonar a su tierra y a su pueblo'.
haré venir contra vosotros la espada, que vengará la alianza. Os refugiaréis en vuestras ciudades, pero yo haré caer sobre vosotros la peste y seréis entregados en manos del enemigo.
Las piedras pulidas del torrente son tu heredad, ellas, ellas tu suerte. A ellas haces tus ofrendas de vino y presentas tus ofrendas; ¿voy a calmarme yo con eso?
Así esta ciudad se ha hecho el blanco de mi furor y de mi indignación desde el día en que se fundó hasta el día de hoy, y tendré que venir a hacerla desaparecer de mi vista
Pues así habla el Señor todopoderoso: Derribad sus árboles, alzad un terraplén en torno a Jerusalén; ésta es la ciudad de la mentira, en ella sólo hay opresión.
Estoy lleno de furor del Señor, cansado estoy de contenerlo. Derrámalo sobre el niño de la calle, sobre las cuadrillas de jóvenes también. Todos serán presas: marido y mujer, el adulto y el hombre lleno de años.