Godolías, hijo de Ajicán, hijo de Safán, les juró a ellos y a su gente: 'No temáis estar sometidos a los caldeos. Quedaos en el país, sujetos al rey de Babilonia, y os irá bien.
Pero a la nación que doble el cuello bajo el yugo del rey de Babilonia y se someta a él, yo la dejaré en paz en su tierra -dice el Señor-, la cultivará y vivirá en ella'.
Godolías les prestó juramento a ellos y a sus hombres, y les dijo: 'No tengáis miedo en servir a los caldeos; volved a vuestro país, servid al rey de Babilonia y gozaréis de bienestar'.
¡Ay, cómo está postrada en soledad la ciudad tan populosa! Como una viuda se ha quedado la grande entre las naciones. La señora entre las provincias ha sido esclavizada.