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Referencias Cruzadas

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Jeremías 4:8

Biblia Martin Nieto

Por eso, vestíos de sacos, lamentaos, gemid, porque no se retira de nosotros la ardiente ira del Señor.

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22 Referencias Cruzadas  

Hija de mi pueblo, vístete de saco, échate en la ceniza, ponte de luto como por un hijo único, con amargos lamentos. Porque cae de improviso el devastador sobre nosotros.

Aquel día el Señor Dios omnipotente os invitaba a tonsuraros y a vestiros de saco.

Temblad, despreocupadas; estremeceos, confiadas; despojaos, desnudaos, ceñíos la cintura,

No queda más que doblegarse entre los prisioneros o sucumbir con los muertos. Y con todo no ha amainado su cólera, su brazo aún está extendido.

Por eso la ira del Señor se ha encendido contra su pueblo, extendió su mano contra él y lo hirió; temblaron los montes; sus cadáveres fueron como carroña en medio de las calles. Con todo, su cólera no ha amainado; su mano aún está extendida.

Cambiaré en duelo vuestras fiestas y en lamentos todos vuestros cánticos; cubriré de saco todos vuestros lomos y toda cabeza de calvicie; haré de este duelo un duelo de hijo único, y su final será como día de amargura.

'Hijo de hombre, profetiza y di: Esto dice el Señor Dios: ¡Gritad: Ay de aquel día!

Y cuando te pregunten: ¿Por qué gimes?, les dirás: Por una noticia, a cuya llegada se derretirá todo corazón, desmayarán todos los brazos, se consternará todo ánimo y todas las rodillas vacilarán. Ya llega, ya se cumple, dice el Señor Dios'.

Moab está avergonzada por su desastre. ¡Ululad, gritad! ¡Anunciad en el Arnón que Moab ha sido devastada!

No se calmará la ira del Señor hasta que haya ejecutado y realizado los planes de su mente. Más tarde lo comprenderéis.

¡Gritad, que el día del Señor se acerca; viene como una devastación del omnipotente!

Que la maldad arde como fuego; devora los cardos, los abrojos y prende los bardales del bosque, levantando remolinos de humo.

Pero el pueblo no ha vuelto hacia aquel que le hiere; no ha buscado al Señor omnipotente.

desató sobre ellos el fuego de su cólera, furor, indignación y angustia, tropel de mensajeros de desgracias;

El Señor dijo a Moisés: 'Reúne a los jefes del pueblo y cuélgalos ante el Señor, a la luz del sol, para que se aparte de Israel la cólera encendida del Señor'.

Vosotros todos, los que pasáis por el camino mirad y ved si hay dolor como el dolor que me atormenta, con el que el Señor me ha herido el día del fuego de su cólera.

Vestíos de luto; lamentaos, sacerdotes; lanzad gritos, ministros del altar; venid, pasad la noche en sacos, ministros de mi Dios, porque la casa de vuestro Dios se ha quedado sin sacrificio y sin ofrenda.

¡Gritad, pastores; gritad, revolcaos en la tierra, mayorales del rebaño, porque ha llegado el día de vuestra matanza; caeréis como carneros escogidos!

Arráncate el cabello, rasúrate por tus hijos queridos, ensancha tu calva como la del buitre, porque han sido desterrados lejos de ti.




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