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Referencias Cruzadas

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Jeremías 4:6

Biblia Martin Nieto

Izad una señal hacia la parte de Sión. ¡Huid, no os detengáis! Pues la desgracia voy a traer del norte, una inmensa catástrofe.

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19 Referencias Cruzadas  

¡Anunciadlo entre las naciones, publicadlo, izad una señal, pregonadlo, no ocultéis nada, gritad: Ha sido tomada Babilonia, confundido Bel, Marduc vencido; avergonzadas sus imágenes, destruidos sus ídolos!

Alzad bandera por la tierra, tocad la trompeta entre las naciones, preparad pueblos contra ella, convocad contra ella a los reinos de Ararat, Miní y Asquenaz; enviad contra ella el oficial de reclutamiento, lanzad los caballos como nube de langostas erizadas.

Contra los muros de Babilonia izad bandera, reforzad la guardia, apostad centinelas, tended emboscadas, pues el Señor tenía un proyecto y ha ejecutado lo que había anunciado contra los habitantes de Babilonia.

yo mando a buscar a todas las tribus del norte -dice el Señor- y a Nabucodonosor, rey de Babilonia, mi siervo, y los traeré contra este país, contra sus habitantes y contra todas estas naciones de los contornos; las aniquilaré y las dejaré convertidas en objeto de horror, de escarnio y de oprobio perpetuo.

Esto dice el Señor: Mirad, un pueblo llega del país del norte, una gran nación se levanta de los confines de la tierra.

¡Huid, hijos de Benjamín, lejos de Jerusalén! ¡Tocad la trompeta en Técoa! ¡Sobre Betqueren izad una señal! Pues por el norte asoma la desgracia, un inmenso desastre.

¿Hasta cuándo he de ver el estandarte y escucharé el sonido del clarín?

Pasad, pasad por las puertas, abrid camino al pueblo, allanad, allanad la calzada, retirad las piedras; izad para los pueblos la bandera.

Aquel día -dice el Señor- se darán gritos en la puerta del Pescado, lamentos desde la ciudad nueva y una gran sacudida desde las colinas.

¡Escuchad! Agudos gritos salen de Babilonia, un gran estrago del país de los caldeos.

¡Clamor de guerra en el país, desastre inmenso!

Después de esto, dice el Señor, entregaré a Sedecías, rey de Judá, a sus servidores y a los habitantes de esta ciudad que hayan escapado a la peste, a la espada y al hambre, en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, en manos de sus enemigos, de aquellos que buscan su vida; él los pasará a filo de espada sin consideración, sin piedad y sin compasión'.

Habla, pues, ahora a las gentes de Judá y a los habitantes de Jerusalén de esta manera: 'Esto dice el Señor: Mirad, yo estoy preparando contra vosotros una desgracia y madurando un proyecto en daño vuestro. Arrepentíos cada uno de vuestra mala conducta, mejorad vuestra conducta, vuestra manera de actuar'.

Prepararé devastadores contra ti, cada uno con sus hoces; talarán tus cedros más selectos, y al fuego los arrojarán.

Los carros tirados por caballos rojos salen para el este, los negros para el norte, los blancos para el oeste y los rojizos para el sur.

¡Escuchad! ¡Ya llega la noticia! Un gran tumulto viene del norte a reducir las ciudades de Judá a un desierto, cobijo de chacales.

Después gritó a mis oídos con voz recia, y dijo: 'Acercaos los que habéis de castigar a la ciudad, cada uno con su instrumento de exterminio en la mano'.

Y por la calle de la puerta de arriba que da al norte llegaron seis hombres, cada cual con su instrumento de exterminio en la mano. En medio de ellos había un personaje, vestido de lino, con la cartera de escriba a la cintura. Entraron y se detuvieron junto al altar de bronce.




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