Por esto Dios los abandonó a sus pasiones vergonzosas; pues, por una parte, sus mujeres cambiaron las relaciones naturales del sexo por otras contra la naturaleza.
Apenas había profetizado, cuando Pelatías, hijo de Banayas, cayó muerto. Entonces yo me arrojé rostro en tierra y grité con voz fuerte: '¡Señor Dios! ¿Vas a exterminar el resto de Israel?'.
Por tierra yacían en las calles niños y ancianos; mis doncellas y mis jóvenes cayeron a cuchillo; ¡has sembrado muerte en el día de tu ira, has degollado sin compasión!
Dicen a quienes desprecian la palabra del Señor: '¡Tendréis paz!', y a todos los que siguen el capricho de su corazón: '¡No os sobrevendrá ningún mal!'.
¿Por qué, Señor, nos haces andar errantes lejos de tus caminos y endureces nuestro corazón para que no te temamos? ¡Oh, vuelve, por amor de tus siervos y de las tribus de tu heredad!
Esta vez voy a desencadenar todas mis plagas contra ti y contra tus servidores y contra tu pueblo, para que sepas que no hay otro como yo en toda la tierra.