Entonces Jeremías se dirigió a todos los magistrados y al pueblo entero, diciendo: 'El Señor me ha enviado a profetizar acerca de este templo y de esta ciudad todo lo que habéis oído.
pero pensad y tened en cuenta que, si me matáis, derramaréis sangre inocente sobre vosotros mismos, sobre esta ciudad y sus habitantes, porque es verdad que el Señor me ha mandado a vosotros a pronunciar todas estas palabras para que las escuchéis'.
Esto dice el Señor: 'Vete al atrio del templo del Señor y anuncia a todos los habitantes de las ciudades de Judá que vienen a prosternarse en el templo del Señor todo lo que yo te he ordenado decirles, sin omitir una sola palabra.