Sí, la viña del Señor omnipotente es el pueblo de Israel; y los hombres de Judá, su plantel escogido. El Señor esperaba de ellos respeto a la ley, y hay sangre derramada; esperaba justicia, y sólo hay gritos de dolor.
¡Ay de mí, que soy como un espigador en verano, como un rebuscador tras la vendimia! No hay un racimo que comer, ni un higo temprano que apetezco tanto.
'Vosotros sois la sal de la tierra. Si la sal se desvirtúa, ¿con qué se salará? Para nada vale ya, sino para tirarla a la calle y que la gente la pise'.
Como uva en el desierto encontré yo a Israel, como breva de higuera vi a vuestros padres. Pero al llegar a Baal Fegor se consagraron a la infamia, y se hicieron despreciables como el objeto de su amor.
Esto dice el Señor todopoderoso: Yo voy a mandar contra ellos la espada, el hambre y la peste; los convertiré en higos malos, que de malos no se puedan comer.
Las primicias, que habrán de traer al Señor de todos los productos de su tierra, serán tuyas; todos los de tu casa podrán comer de ellas con tal que estén puros.