¡Pasmaos de esto, cielos; espantaos, temblad de inmenso horror! -dice el Señor-.
Escuchad, cielos; presta, tierra, oído, porque habla el Señor: He alimentado, he hecho crecer hijos, y ellos se han sublevado contra mí.
Escuchad, montes, el pleito del Señor, prestad oído, cimientos de la tierra, pues el Señor pleitea con su pueblo, entra en juicio contra Israel.
¡Tierra, tierra, tierra, escucha la palabra del Señor!
Escucha, tierra. He aquí que yo traigo la desgracia sobre este pueblo; es el fruto de sus rebeliones, porque no han atendido a mis palabras y han desechado mi ley.
'Escuchad, cielos, que voy a hablar. Oye, tierra, las palabras de mi boca.
Desde el mediodía se oscureció toda la tierra hasta las tres de la tarde.
He mirado a la tierra: un caos era; a los cielos: y estaban sin luz.
Deteneos y pasmaos, quedad ciegos, sin vista; borrachos, mas no de vino; tambaleándoos, pero no de licor;
Por eso dice el Señor: 'Preguntad a las naciones. ¿Quién oyó cosas semejantes? Un crimen horrible ha cometido la virgen de Israel.