Y así como he vigilado sobre ellos para devastar, para derruir, para demoler, para aniquilar y para afligir, así también vigilaré sobre ellos para edificar y plantar -dice el Señor-.
Entonces las naciones que queden a vuestro alrededor sabrán que yo, el Señor, he reedificado lo que estaba destruido y he replantado lo que estaba asolado: Yo, el Señor, lo digo y lo hago.
Como se mira con agrado a estos higos buenos, así miraré yo favorablemente a los desterrados de Judá, a quienes arrojo de este lugar al país de los caldeos.
Pero mis palabras y los preceptos que mandé a mis siervos los profetas, ¿no llegaron a vuestros padres? Entonces se convirtieron y dijeron: El Señor había pensado tratarnos según nuestra conducta y nuestras acciones, y así nos ha tratado'.
'Hijo de hombre, compón un canto fúnebre sobre el pueblo de Egipto; hazle bajar a él y a las hijas de naciones poderosas a las moradas subterráneas, junto a los que bajan a la fosa.
Esta visión era como la que había visto cuando vine para la destrucción de la ciudad y como la visión que tuve junto al río Quebar. Yo caí de bruces en el suelo,
Elías, el tesbita, de Tisbé, en Galaad, dijo a Ajab: '¡Vive el Señor, Dios de Israel, a cuyo servicio estoy!: en estos dos años no habrá lluvia ni rocío, mientras yo no lo diga'.
Ejecutaré con este país todas las cosas que he predicho contra él, todo lo que está escrito en este libro: lo que Jeremías profetizó contra todas las naciones.
Y todo el valle de los cadáveres y de la ceniza, así como todos los campos a lo largo del torrente Cedrón, hasta el ángulo de la puerta de los Caballos por oriente, serán consagrados al Señor; no volverán a ser destruidos ni devastados jamás.
'Toma un libro y escribe en él todas las palabras que te he comunicado acerca de Jerusalén, Judá y todas las naciones, desde el día en que comencé a hablarte, en tiempo de Josías, hasta el presente.
Voy a montar guardia sobre ellos para su daño y no para su bien, y todos los hombres de Judá que están en Egipto perecerán por la espada y el hambre hasta quedar completamente exterminados,
Tú, hijo de hombre, profetiza y bate palmas; que la espada se duplique, se triplique: la espada de la matanza, la gran espada de la matanza que los tiene rodeados.