Era el año seiscientos de la vida de Noé, el día diecisiete del mes segundo, cuando irrumpieron todas las fuentes del abismo y se abrieron las compuertas del cielo.
Llevad íntegro el diezmo al tesoro para que haya alimento en mi casa; y ponedme así a prueba - dice el Señor todopoderoso-, a ver si no os abro las esclusas del cielo y derramo sobre vosotros las bendiciones sobreabundantemente.
A su voz se acumulan las aguas en el cielo; hace subir las nubes del extremo de la tierra, para la lluvia produce los relámpagos y saca de sus depósitos el viento.
¿No lograréis temerme -dice el Señor-, no temblaréis ante mí, que he puesto la arena como límite al mar, como barrera eterna que no ha de traspasar? Por más que se agita, es impotente; sus olas braman, mas no la rebasarán.
el oficial respondió al hombre de Dios: 'Aunque el Señor abriera las ventanas del cielo, ¿podría suceder tal cosa?'; él había añadido: 'Tú mismo lo verás con tus propios ojos, pero no comerás de ello'.
Pues esto dice el Señor Dios: Cuando te haya reducido a un desierto, como las ciudades ya no habitadas, y se abalance sobre ti el océano y las aguas en masa te cubran,
El oficial sobre cuyo brazo solía apoyarse el rey dijo al hombre de Dios: 'Aunque el Señor abriera las ventanas del cielo, ¿podría suceder tal cosa?'. Eliseo respondió: 'Pues bien, tú mismo lo verás con tus propios ojos, pero no comerás de ello'.
Andarán diciendo: 'Todo es paz y seguridad'; y entonces, de improviso, les sorprenderá la perdición, como los dolores del parto a la mujer encinta, y no podrán escapar.
El que escape al grito del terror caerá en la fosa, y el que escape de la fosa quedará preso en la red; pues las esclusas de allá arriba se abrirán y se conmoverán los cimientos de la tierra.