Por tanto, no caséis a vuestras hijas con sus hijos, ni a vuestros hijos con sus hijas; no procuréis su paz ni su prosperidad, con el fin de que podáis haceros fuertes vosotros, gozar de los bienes de este país y dejarlos en herencia a vuestros hijos para siempre.
No tomarás de entre sus hijas mujeres para tus hijos, pues ellas se prostituirán ante sus dioses y arrastrarán a tus hijos a prostituirse también ante ellos.
Quiero que me jures por el Señor, Dios del cielo y de la tierra, que no tomarás para mi hijo una mujer de entre las hijas de los cananeos entre las cuales habito,
La mujer vio que el árbol era apetitoso para comer, agradable a la vista y deseable para adquirir sabiduría. Tomó, pues, de su fruto y comió; dio también de él a su marido, que estaba junto a ella, y él también comió.
La mujer está ligada todo el tiempo que vive su marido; pero si el marido se muere, queda libre para casarse con quien quiera, con tal que sea cristiano.
¿No ha hecho el Señor un ser único, carne animada de vida? Y este ser único, ¿qué busca? Una descendencia divina. Respetad vuestras vidas y no seáis infieles a la esposa de vuestra juventud.
Judá ha cometido una traición; en Israel y en Jerusalén se cometen acciones horribles. Judá ha profanado el santuario querido del Señor al casarse con la hija de un dios extranjero.
porque tú eres nuestro padre! Pues Abrahán no nos conoce, ni Israel se acuerda de nosotros. Tú, Señor, eres nuestro padre; nuestro libertador es tu nombre desde antiguo.