Israel vio a los dos hijos de José y preguntó: '¿Quiénes son éstos?'.
Los ojos de Israel estaban tan achacosos por la vejez que apenas podían ver. José se los acercó, y él los abrazó y los besó.
José respondió a su padre: 'Son mis hijos, los que Dios me ha dado aquí'. Jacob dijo: 'Acércamelos, que quiero bendecirlos'.
Buscad al Señor y viviréis, no sea que invada como el fuego la casa de José y devore a Betel, sin que haya quien la apague.