Israel dijo a José: 'No pensaba ya ver tu rostro, y Dios me ha dado ver también a tu descendencia'.
A aquel que es poderoso para hacer muchísimo más de lo que pedimos o pensamos, en virtud de su poder que actúa en nosotros,
y le dieron la noticia: 'José vive todavía y es señor de todo Egipto'.
Jacob les dijo: 'Me vais a dejar sin hijos. José desapareció, Simeón también, ¿y queréis llevarme a Benjamín? ¡Todo está contra mí!'.
Sus hijos y sus hijas fueron todos a consolarle, pero él rechazó todo consuelo y dijo: 'Quiero bajar de luto a la tumba con mi hijo'. Y su padre lo lloró.
Él la reconoció y dijo: '¡Es la túnica de mi hijo! Una bestia feroz lo ha devorado; José ha sido despedazado'.
Los ojos de Israel estaban tan achacosos por la vejez que apenas podían ver. José se los acercó, y él los abrazó y los besó.
José los retiró de las rodillas de su padre y se inclinó hasta el suelo.
y a los hijos de tus hijos. ¡Paz a Israel!
La corona de los ancianos son sus nietos, la gloria de los hijos son sus padres.