Él se acercó y lo besó. Y cuando Isaac sintió la fragancia de sus vestidos le bendijo así: 'Oh, el olor de mi hijo es como el olor de un campo fértil que el Señor ha bendecido.
Embota el corazón de este pueblo, endurece su oído, ciega sus ojos, de suerte que no vea con sus ojos, ni oiga con sus oídos, ni entienda con su corazón, ni se convierta, ni se cure.
Eliseo, entonces, dejó los bueyes, corrió detrás de Elías y le dijo: 'Déjame dar un beso a mi padre y a mi madre, y luego te seguiré'. Elías respondió: 'Anda, vuélvete; pero ten en cuenta lo que he hecho contigo'.
cuando tiemblen los guardianes de la casa, y se encorven los hombres fuertes, y cesen de moler las mujeres porque son demasiado pocas, y pierdan la vista las que miran por las ventanas,