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Referencias Cruzadas

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Génesis 47:9

Biblia Martin Nieto

Jacob le respondió: 'Los años de mi peregrinar son ciento treinta. Pocos e infelices han sido los años de mi vida, y no alcanzaré los años de vida de mis padres durante su peregrinación'.

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29 Referencias Cruzadas  

Tú corriges al hombre castigando la falta, como una polilla corroes su tesoro, el hombre no es nada más que un soplo.

Isaac vivió ciento ochenta años,

Dame, Señor, a conocer mi fin y cuál es la medida de mis días, quiero saber lo caduco que soy.

El hombre, nacido de mujer corto es de días y harto de miserias;

Después de todo esto, Josué, hijo de Nun, siervo del Señor, murió a la edad de ciento diez años.

Moisés tenía ciento veinte años cuando murió. No se habían apagado sus ojos ni se había debilitado su vigor.

Moisés tenía ochenta años y Aarón ochenta y tres cuando hablaron al Faraón.

Hice con ellos mi pacto: darles la tierra de Canaán, la tierra de sus emigraciones, donde vivieron como extranjeros.

José murió a los ciento diez años, lo embalsamaron y lo pusieron en un sarcófago en Egipto.

Queridos hermanos, como a gente de paso en tierra extraña, os exhorto a que os abstengáis de las pasiones carnales, que hacen la guerra al espíritu.

vosotros, que no sabéis qué pasará mañana. ¿Qué es vuestra vida? Sois humo, que aparece un instante y luego se disipa.

tus decretos son el objeto de mi canto en mi mansión de peregrino;

soy un caminante por el mundo: no me ocultes tus mandamientos;

Jacob vivió diecisiete años en Egipto; en total, los años de su vida fueron ciento cuarenta y siete.

Después del nacimiento de Arfaxad, Sem vivió quinientos años, y engendró hijos e hijas.

Porque no tenemos aquí abajo ciudad permanente, sino que buscamos la futura.

Ante ti somos extranjeros y emigrantes, como lo fueron todos nuestros padres. Nuestros días sobre la tierra pasan como sombra en la cual no hay esperanza.

Matusalén vivió en total novecientos sesenta y nueve años, y murió.

Estamos siempre confiados, sabiendo que, mientras habitamos en el cuerpo, caminamos lejos del Señor,

quien le preguntó: '¿Cuántos años tienes?'.

Escucha, Señor, mi grito suplicante; presta oído a mis llantos y no te hagas el sordo, pues yo soy un invitado tuyo; un huésped, como todos mis padres.




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